De esta forma, el que defendió ante el mundo la insurrección militar pinochetista y después prometiera "justicia solo en la medida de lo posible" resultaba homenajeado no solo por sus camaradas sino por una amplia gama de los que fueran sus más duros adversarios políticos.

Lo más extraño es que todo esto suceda bajo un gobierno como el de Boric. En una administración plagada de socialistas y comunistas, además de aquellos que solo hasta ayer eran considerados de ultra izquierda por la derecha y la clase empresarial.

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